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domingo, 18 de septiembre de 2011

Programar el envío automático de determinado tweet, actualización de Facebook (y ahora de Google+) o, aún más popular: Programar el envío de un SMS con el mensaje y destino de nuestra elección

Dentro de la categoría “quiero que esto se haga por mí sin tener que recordar hacerlo en el momento exacto que necesito que se haga” entra sin lugar a dudas lo que muchos de nosotros hemos querido en algún momento dado, e incluso averiguado como hacerlo: Programar el envío automático de determinado tweet, actualización de Facebook (y ahora de Google+) o, aún más popular: Programar el envío de un SMS con el mensaje y destino de nuestra elección. Si tenemos un celular común, habrá que contar con la tremenda suerte de que el mismo incluya dicha función. Si disponemos de un smartphone los horizontes se amplían, ya que con seguridad nuestra plataforma móvil seleccionada contará con al menos una aplicación, ya sea gratuita o no, que lo haga.
SMS SchedulerEn el caso de Android contamos con SMS Scheduler, que posiblemente sea la mejor debido a su simpleza, eficiencia, disponibilidad en Android Market y costo cero, ya que más allá de lo que nos saldrá con nuestro plan enviar los mensajes SMS en cuestión, esta aplicación es totalmente gratuita, mantenida por un banner publicitario como en la mayoría de los casos. Su interfaz es muy simple y no cuenta con grandes secretos, nos permite configurar una cantidad virtualmente infinita de mensajes programados a ocurrir una vez o repetirse en el intervalo que elijamos.
Genial, tenemos el poder de hacerlo pero… realmente, ¿cuáles son las ventajas útiles de programar un SMS más allá de molestar conocidos u ostentar que podemos hacerlo? ¿Pueden existir contratiempos al hacerlo?
Posiblemente uno de los primeros usos que se nos puede ocurrir para esto es como una especie de recordatorio o alarma que podemos enviarle a algún amigo que lo necesite; por supuesto que si el aviso es para nosotros nada mejor que programarnos una alerta real en el calendario o despertador de nuestro móvil. Pero los usos más interesantes, y los que todo el mundo percibe al ver con tentación esta funcionalidad, son por supuesto los sociales, los que nos permiten engañar a los otros, hacerles creer que nos tomamos el trabajo de mandar un mensaje en un momento en el que no podríamos o no recordaríamos hacerlo.
Uno de los más inocentes en este sentido puede tener utilidad profesional, y se trata de poder enviar cierta información a un jefe o colega. Si el momento en el que nos acordamos o podemos hacerlo no es propicio, como por ejemplo a las 2 de la mañana, podremos programar un mensaje que a primera hora laboral del día siguiente lo haga por nosotros y así descansar tranquilos.
Otros usos pueden resultar aún más engañosos o directamente malintencionados, como por ejemplo hacerle creer a esa franja de la raza humana tan pendiente de fechas y aniversarios que realmente nos acordamos de su cumpleaños, o incluso aturdir con molestos mensajes repetitivos a alguien que nos caiga mal, lo cual sería algo ilegal y estúpido por partes iguales si lo hiciésemos desde nuestro teléfono.
Sin embargo, una utilidad que encontré curiosamente interesante para la posibilidad de enviar un SMS desatendido fue la de simplemente saludar. ¿Suena tonto, no? Pero déjenme explicarme. El mejor ejemplo de esto es cuando conocemos una chica y nos pasa su número con la idea de seguir en contacto. Francamente es muy fácil olvidarse luego y quedar como cortados o faltos de interés, que no sería tan grave ya que si alguien nos da su número y nos deja contando los días eso sí lo sería por darle demasiada importancia a una situación casual. Por supuesto, podemos agendarnos un recordatorio para escribir el mensaje en el momento decidido pero, ¿qué mejor que ahorrarse todo el trabajo y que el mensaje salga directamente por nosotros? Tal vez en el momento elegido no podamos hacerlo o nos encontremos poco inspirados para arrancar el intercambio. De todas formas, nos acordaremos de todo cuando la otra parte nos responda, y ahí sí, por supuesto, deberemos contestar escribiendo esta vez nuestros mensajes en tiempo real.
Y esa es justamente una de las peores desventajas que nos puede suceder si nos confiamos programando SMSs. ¿Qué pasa si la chica nos contesta el saludo pero no nos enteramos porque, claro, estábamos muy distraídos en otra cosa? No contestar es mucho peor que no iniciar la conversación, eso seguro. Lo mismo puede pasarnos si nuestro jefe nos pregunta algo a las 8 de la mañana sobre ese reporte que le dimos y nosotros aún seguimos en el séptimo sueño. Son cuestiones delicadas, y la aparentemente ideal solución de programar un mensaje SMS deberíamos aplicarla con mucha sabiduría, analizando cada caso por separado.
Pero este análisis de los pormenores de los SMSs automatizados no estaría completo sin tu opinión: Si alguna vez usaste esta función, ¿en qué situación fue? ¿Salió bien o complicó más las cosas?
Fuente: Geekotic

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